La mirada de vértigo de los mayores, contemplando como la palabra infranqueable dejaba de serlo. Como el símbolo de lo indestructible, materializado en duro hormigón, era derribado por el hambre de libertad y la repulsa a lo absurdo.
Cuando hace unos años me vi al lado de lo poco que queda en pie, no pude evitar hacer esta foto. Intentar sentir esa sensación de encierro, para no olvidar lo que fue y lo que sigificó para miles de berlineses. Porque esta historia todavía no forma parte del pasado, porque 20 años no es nada.
Desde querocolo queremos recordar este aniversario y os invitamos a reflexionar acerca de cuántas cosas han cambiado, y cuántas no, desde la caída de esas piedras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario